Momo es una novela de fantasía escrita por Michael Ende, publicada en 1973 y subtitulada Los caballeros de gris o Los hombres de gris. Trata sobre el concepto del tiempo y cómo es usado por los humanos de sociedades modernas. El título completo en alemán es Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y la niña que devolvió el tiempo robado a la gente.
La historia de Momo vino a nacer cuando Ende ya era bastante conocido, por encargo de la telivisión alemana, que quería adaptar alguna de sus historias. En vez de retocar y recortar alguno de sus libros, decidió crear la historia de Momo Al final la televisión no utilizó la historia y Ende la convirtió en novela corta.
Michael Ende, autor también de La historia interminable, fue uno de esos escritores que supo escribir para niños sin hacer historias tontorronas ni moralistas. Consideró que sus lectores eran suficientemente inteligentes para leer historias que se saliesen de lo corriente y cotidiano.
En las ruinas de un anfiteatro, justo afuera de una ciudad italiana sin nombre, vive una niña llamada Momo, que posee la habilidad extraordinaria de oír de verdad. Escucha de una manera tan especial que es capaz de encontrar las respuestas a los problemas de quien habla con ella, de hacer amistades e inventar juegos muy divertidos, hasta el extremo que en su barrio la frase Vete a ver a Momo se ha convertido en proverbial. Momo tiene amistad con todos y especialmente con el barrendero Beppo y el guía turístico Guido (también conocido como GiGi Thompson o Girolamo).
Esta atmósfera placentera acaba con la llegada de los Hombres de Gris, unos extraños individuos que representan al Banco de Tiempo y promocionan la idea de ahorrar tiempo entre la población (tiempo que puede ser depositado en el Banco y devuelto al cliente después, con interés). En realidad, hacen que la gente lo olvide todo salvo su obsesión por ahorrar todo el tiempo posible para un hipotético uso posterior. Gradualmente, la siniestra influencia de los hombres de gris afecta a toda la ciudad: la vida se convierte estéril, se deja de hacer todo lo que se considera perder el tiempo, como el arte, la imaginación o incluso dormir. Los edificios y las ropas están hechos exactamente de la misma forma para todos y el ritmo de vida se torna ajetreados. En realidad, cuanto más tiempo ahorra una persona, menos tiene: los hombres de gris lo consumen en forma de cigarros, hechos de pétalos secos de los lirios-horas que representan el tiempo. Sin esos cigarros, los hombres de gris no pueden existir.
Momo, por su especial personalidad, se convierte en un obstáculo para los planes del Banco de Tiempo. Los hombres de gris intentan infructuosamente deshacerse de ella. Momo, junto a la tortuga Casiopea (que se comunica con ella gracias a los mensajes luminosos de su caparazón) se enfrentará a la dictadura de los hombres de gris y terminará con ellos. Para ello Momo deberá ir al mismo manantial del tiempo.
Idea principal
La idea principal de Momo puede ser visto como una crítica al consumismo. Muestra el peligro de verse seducido por los intereses ocultos de empresas que cuentan con el suficiente poder como para influir en el estilo de vida de la gente. En el mismo sentido es también una profunda crítica al modelo racional de concebir el tiempo, un modelo economicista que olvida esos pequeños momentos y sensaciones que sin tener valor económico y por tanto puedan parecer superfluas, son realmente importantes en la vida humana que siempre tiene una vertiente espiritual.
Personajes principales
Momo
Cassiopea
El profesor del tiempo Secundus Minutus Hora
Los hombres Grises
GiGi Cicerone
Beppo Barrendero
Momo es una historia fantástica que uno no sabe si encuadrar hace unos años, hoy mismo, o dentro de algún tiempo (y la propia novela juega a dar esa sensación, sobre todo en el epílogo). Una crítica a los tiempos en los que vivimos, en los que olvidamos las cosas realmente importantes y que nos hacen felices, y las sacrificamos a cambio de intentar conseguir más cosas. El ahorro del tiempo para disfrutarlo en un futuro que nunca llega, y la obsesión por tener más y no por ello vivir mejor, es el tema de la historia.
La obra no es una explosión de arte ni de saber literario, no es una revolución del género fantástico, y desde luego no tiene mucha complejidad. Momo es una novela para niños, pero tan bien enlazada y forjada que puede disfrutarse siempre, da igual la edad que tengamos. Sin ser la mejor historia de Ende, sí que es una de mis favoritas.
Desde el principio, la historia tiene algo que te cautiva. Al contarse desde la visión de la niña Momo, no es de extrañar que el relato sea bastante simple. Y es justo esa simpleza lo que empieza a engancharnos, porque Momo (y por fuerza su relato) ve y describe su mundo de la misma forma que nosotros lo hemos visto de niños, y de la misma forma que, de haber sabido, nosotros mismos lo habríamos descrito en nuestra niñez.
Cuando la historia acaba, todo está ya dicho y atado. Y sin embargo Michael Ende se da el gustazo de añadir un brevísimo epílogo que da un último y genial giro de tuerca a la historia. Y todo ello sin moralina ni moraleja, simplemente con una reflexión sobre las cosas realmente importantes. Todo un gustazo de libro que se lee en un visto y no visto.
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