
Mario Álvarez nuestro realizador y amigo que en poco tiempo dejó un recoveco más en este grupo que se mueve, me escribe desde su país, Uruguay. El destino lo ha colocado allí. Creo que esto es de todos y en este portal pueden contarle lo que quieran. Por supuesto que la alegría abrirá el editorial de mañana. Desde aquí un abrazo alegre. Sin duda, Mario puede ser un gran nombre, esconde siempre grandes personas.
Montevideo, 19 de mayo de 2009
Un abrazo muy grande para ti y para todos, en este momento tan especial, por lo sucedido en lo personal por una parte y por la muy triste noticia del fallecimiento de un Gran Hombre y Maestro, Don Mario Benedetti. Hace apenas un par de horas que regrese de su velatorio, que se esta llevando a cabo en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Parlamento Nacional, en esta fría noche Montevideana, donde miles de uruguayos le estamos brindando tributo y un saludo final.Quiero que sepas, que en mi humilde persona, también estuvo RECOVECOS presente en este adios al Maestro, a este Hombre Universal, dado el amor que nos une por la literatura, la comunicacion, la solidaridad y los muy buenos momentos de radio compartidos. Y qué mejor que tu voz Natalia, para leer esta poesía que aquí les envío.
Salud Amigos y adelante, con todo mi cariño, desde este RECOVECO del mundo llamado Montevideo, hasta siempre... Mario Álvarez.
DEFENSA DE LA ALEGRÍA
a trini
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría
Mario Benedetti