Presentación
Buenas tardes y bienvenidos a Recovecos en on radio en la 93.0 y enla 99.7 de su dial y a través de la web en onradio.es y en recovecos.info
Con el fútbol hemos topado querido Sancho. Así comienza este editorial de hoy que tiene forma de balón. Un editorial que se erige como una carta abierta al Fútbol Profesional.
Muy señores míos:
Desde este estudio en el sur de Tenerife, y en nombre de Recovecos, realizamos un llamamiento a la cordura, al raciocinio a la buena voluntad. Por favor, solicitamos encarecidamente que el miércoles no haya partido. Fíjense que no promovemos el día mundial de Recovecos, sino que como fiesta a guardar el miércoles se convierta en Día mundial sin fútbol o balompié que a mí me gusta. Cierto, ya sé, sé lo que están pensando. ¿Por qué no cambio de día? Pues porque no, porque es difícil encontrar un día sin fútbol. Un telediario sin fútbol, un periódico sin fútbol, una tertulia sin fútbol, una conversación trivial sin fútbol, en definitiva, un día sin ese gran acaparador, egocéntrico y comercial deporte. Qué por otro lado tiene un toque de distinción, un arte en los pies. Así que de manera irrevocable, solicitamos suplicantemente que jueguen ustedes otro día.
O por lo menos sean cautos con nuestras palabras. Dejen ustedes la Champions y hablemos de Liga de Campeones como en el mundo clásico la Liga ateniense y sus secuaces polis. Abandonen ustedes el hortera “mister”, con lo bonito y elegante que queda el entrenador guardiola. Después de fenestrado el outside y recuperado el fuera de juego, no la fastidien ustedes ahora. El caso es que este editorial acaba hablando de lo que no quería mentar, el fútbol. Al final ganan ustedes, y el fútbol se impone. Sin embargo, yo no me resisto y recurro a un grande para hablar de ese gran seductor, el balompié con otro seductor de la palabra Eduardo Galeano:
El Hincha Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio. Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo. En este espacio sagrado, la única religión que no tiene ateos exhibe a sus divinidades. Aunque el hincha puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles, batiéndose a duelo contra los demonios de turno. Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado. Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos. Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música. Cuando el partido concluye, el hincha, que no se ha movido de la tribuna, celebra su victoria; qué goleada les hicimos, qué paliza les dimos, o llora su derrota; otra vez nos estafaron, juez ladrón. Y entonces el sol se va y el hincha se va. Caen las sombras sobre el estadio que se vacía. En las gradas de cemento arden, aquí y allá, algunas hogueras de fuego fugaz, mientras se van apagando las luces y las voces. El estadio se queda solo y también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas después de la muerte del carnaval.
Este es el carácter socializador del futbol
Están escuchando Recovecos en on radio
En la máquina Rayco Vargas y en la palabra quien les habla
Natalia Guillén
DESPEDIDA
Y hasta aquí nuestro tiempo de radio, este oasis de la semana este momento para la reflexión, para conversar y para soñar. No necesitamos balón, sólo su compañía. Datos que abruman a la insensatez del sensato, al calor de la luz y de la sombra.
Pronto el día de Canarias, y qué mejor que recuperar en conclusión los versos de Pedro García Cabrera.
Pedro García Cabrera (1905-1981)
"Las islas en que vivo":
Un día habrá una isla
que no sea silencio amordazado
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisan sus orillas.
A ustedes, la palabra debida en Recovecos. Se despide desde la realización Rayco Vargas y quien les habla Natalia Guillén.
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4 comentarios:
Que feo son los anglicismos, con lo rico que es el castellano. Y que feo es el football o "balón pié". La culpa es , espera, el balón pié, es feo?. No, es un deporte como otro cualquiera...., lo que lo hace muy feo su mercantilización, y el aborregamiento del personal (me resulta feo, entorpecedor y triste).
Me gustó este editorial, y abogo por el día mundial sin "furgol".
Me encantan tus editoriales, siempre tienes la palabra perfecta en el dia perfecto.
Unas veces me hacen pensar muchas otras coinciden con lo que pienso.
Sigue haciendo reflexionar y disfrutar.
A vinagrón.
A ti nunca se te vacia el vaso?
Cambia la foto pa ve tu cuerpazo!
Pa Natalia
Oye pa cuando una entrevista con los muchachos de lucha canaria, o los da badminton.
Besos
Jajajaja, hay cosas que nunca se acaban!!!!!! Mi cuerpazo mejor al natural.
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