Miércoles, 25 de marzo de 2009
Bienvenidos a Recovecos en On Radio en la 93.0 y en la 99.7 y a través de internet en ondanueva.es
Frugal. Sí, oyen bien. Hoy voy provocar sus oídos con esta palabra, aunque aún no sea el tiempo del recoveco de la palabra.
Frugal... ¿A qué les suena? ¿A fruta, a verduras frescas que aún contienen rocío? Frugal. Suena bien, pero desconcierta. Probablemente porque hace tiempo que desapareció de nuestro vocabulario.
Frugal. Recuerden ¿cuándo fue la última vez que la oyeron? Frugal
Yo la oí este fin de semana y tuve que recordar qué significaba. Un adjetivo en desuso se refiere a “parco en comer y en beber”. Asegura la RAE que acredita cosas en las que esa parquedad se manifiesta: vida, almuerzo frugal.
¡Qué lejos de la opulencia, de lo opulento!: “La sociedad opulenta” que denunciaba ya Galbraith en 1958. ¿Por qué los profetas de verdad, los que vaticinan con el análisis y los argumentos, son ignorados? ¿Acaso porque eludió eufemismos como Tercer Mundo, países subdesarrollados o en vías de desarrollo?.
Llamemos las cosas por su nombre: Ricos y pobres, sin tabues: ¡que hieran la conciencia de los primeros!
Pues como decía, acostumbrados a la opulencia, olvidamos lo frugal y entonces el sábado Nicolás Ridoux publica un artículo en la cuarta página, que no el cuarto poder, del diario El País. Un artículo que ha estado retumbando en mi cabeza y en mi lengua estos últimos días: “Por una sociedad más frugal”. Un artículo que se relaciona con su libro “Menos es más”.
Sólo filósofos acostumbrados a jugar con los galimatías y la lógica de las premisas consiguen transmitir esas ideas que nos han rondado a todos en los últimos tiempos. Tiempos en los que esta amiga crisis se despertó entre nuestras sábanas y prometió alojarse en nuestros hogares durante un largo periodo. En algunas casas ha puesto cuesta arriba la convivencia y en otros se ha acostumbrado.
Y entonces me vienen sus palabras:
"No hay que elegir entre crecimiento o decrecimiento, sino más bien entre decrecimiento y recesión. Si las condiciones ambientales, sociales y humanas impiden que siga el crecimiento, debemos anticiparnos y cambiar de dirección. Si no lo hacemos, lo que nos espera es la recesión y el caos".
¿Cuántas veces han bailado estas palabras por estos Recovecos olvidados en el sur de una isla perdida en el océano del mundo de la opulencia?.
“El decrecimiento es algo totalmente distinto. Significa crecer en humanidad”.
El decrecimiento supone que debemos desacostumbrarnos a nuestra adicción al crecimiento, descolonizar nuestro imaginario de la ideología productivista, que está desconectada del progreso humano y social. El proyecto del decrecimiento pasa por un cambio de paradigma, de criterios, por una profunda modificación de las instituciones y un mejor reparto de la riqueza
En un mundo de recursos limitados, las cosas no pueden crecer de manera indefinida. Por eso, "la objeción al crecimiento" habla de la necesidad de compartir, el regreso de la sobriedad, en particular para aquellos que sobreconsumen.
Hay que acabar con la idea de que "el crecimiento es progreso" y la condición sine qua non de un desarrollo justo. Ridoux asegura que “La filosofía del decrecimiento hoy dice que debemos trabajar menos para vivir mejor. No tener la mira puesta en el poder adquisitivo (que a menudo es engañoso y reduce al hombre a la única dimensión de consumidor), sino buscar el poder de vivir”.
Y concluye que tenemos que devolver el protagonismo a la persona
restaurar el espíritu crítico frente al modelo dominante del "cada vez más" y
abrir el debate sobre nuestra forma de vivir y sus límites,
saber tomarse tiempo para mantener una relación equilibrada con los demás,
Ese es el camino que propone la filosofía del decrecimiento. Se trata de sustituir el crecimiento estrictamente económico por un crecimiento "en humanidad". Es una tarea estimulante, un desafío que merece la pena intentar.
Y Saramago asegura en su cuaderno que de las respuestas que demos a cuestiones como éstas dependerá nuestro mañana y nuestro pasado mañana. Y dependerá el próximo siglo.
Por esta reflexión, merece la pena dar comienzo a estos Recovecos de hoy que sin duda llevan el adjetivo de “frugal” y una amplia reflexión de que “Menos es más”.
Bienvenidos a Recovecos, les acompaña Natalia Guillén.
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Despedida
Pues hasta aquí, estos Recovecos de hoy que han intentado ser frugales. No sé cuantos programas llevo, un día los contaremos, pero lo cierto es que me he acostumbrado a ustedes, a esta sintonía y a los amigos que fluyen por este estudio. Recovecos consigue dar fuerza a lo que advertía Redoux “Menos es más” cuando se quiere. Y aquí vamos a hacer frente a ese decrecimiento de lo insustancial y apostaremos por el crecimiento de la humanidad. Difícil, pero interesante.
Retos de hiedra se tejen en nuestro futuro. Ansias de aire que aprisione la libertad para que nunca salga de esta nuestra casa. Recovecos aprisonados en nuestra espalda que tensa hoy sostienen el eco de unos pensamientos que se pierden entre las palabras. Ciertos días, y ciertos años, ciertas cosas que se dejan olvidadas en la barra de un bar o de una cocina a medio limpiar. Estas y otras cosas se esconden en los recovecos de este cierre que estalla sin rumbo en el absurdo mirar de quien escucha.
Gracias por provocar la curiosidad y sucumbir a estos minutos que son suyos y míos, gracias Mario por tejer estos Recovecos almidonados en la carencia.
Gracias a ustedes y recuerden escuchar los segundos perdidos el próximo domingo. Nos encontraremos el próximo miércoles pero no en este estudio sino en el Tagoror de Granadilla. Allí, los jóvenes nos mostrarán sus recovecos. Hasta entonces, sean frugales para conseguir el bienestar.
Se despide quien les ha acompañado.
Natalia Guillén.
Despedida
Pues hasta aquí, estos Recovecos de hoy que han intentado ser frugales. No sé cuantos programas llevo, un día los contaremos, pero lo cierto es que me he acostumbrado a ustedes, a esta sintonía y a los amigos que fluyen por este estudio. Recovecos consigue dar fuerza a lo que advertía Redoux “Menos es más” cuando se quiere. Y aquí vamos a hacer frente a ese decrecimiento de lo insustancial y apostaremos por el crecimiento de la humanidad. Difícil, pero interesante.
Retos de hiedra se tejen en nuestro futuro. Ansias de aire que aprisione la libertad para que nunca salga de esta nuestra casa. Recovecos aprisonados en nuestra espalda que tensa hoy sostienen el eco de unos pensamientos que se pierden entre las palabras. Ciertos días, y ciertos años, ciertas cosas que se dejan olvidadas en la barra de un bar o de una cocina a medio limpiar. Estas y otras cosas se esconden en los recovecos de este cierre que estalla sin rumbo en el absurdo mirar de quien escucha.
Gracias por provocar la curiosidad y sucumbir a estos minutos que son suyos y míos, gracias Mario por tejer estos Recovecos almidonados en la carencia.
Gracias a ustedes y recuerden escuchar los segundos perdidos el próximo domingo. Nos encontraremos el próximo miércoles pero no en este estudio sino en el Tagoror de Granadilla. Allí, los jóvenes nos mostrarán sus recovecos. Hasta entonces, sean frugales para conseguir el bienestar.
Se despide quien les ha acompañado.
Natalia Guillén.
2 comentarios:
Buenas tardes:
El señor Saramago es una persona excepcionalmente sensata, honesta e inteligente. Lo propondría para miembro de una Junta Mundial de Gobierno del Planeta.
Aprendamos de él. Que su lucidez nos acompañe muchos años.
Saludos
Javier Gómez
Yo también, y a un lado suyo sentaría a Galeano, y al otro.... vaya una mierda, solo hay dos lados y yo sentaría ahí a mucha gente!!!!!!
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