jueves, 23 de abril de 2009

Retrato


Este retrato corresponde a una mujer anónima, por allá en el año 1954, siendo su autor, un pintor palmero llamado Juan Fernández González, siendo la mayoría de su obra, de paisajes en La Caldera de Taburiente.


Esta imagen existe y podemos disfrutar de ella, gracias a otra mujer anónima, que impidió que este lienzo fuese quemado allí, en una huerta junto con los rastrojos, bastidores y decenas de tubos de oleo a los que esperaba tan solo el fuego, que transformaría tanto color en uno solo.


No fue el único cuadro que recuperó, pues tengo conocimiento que lo hizo dos veces más, contribuyendo de esta manera a la conservación del arte.


Ella jamás pensó que este acto heroico, por lo menos, a mis ojos, se recordaría hoy en una emisora de radio, con ocasión del dia del libro.........


Le deseo a Recovecos, mucho aire, ese que siempre clama Natalia, aire fresco y atrevido, como el que llevó a esta otra mujer a "salvar el arte de la hoguera".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La labor del fuego siempre ha sido sinónimo de despedir lo inútil, lo feo, lo no válido, lo que no queremos al fin y al cabo, para darle la bienvenida a lo nuevo, a lo querido, a lo deseado. Gracias Angeles por hacernos entender esa frase que dice que "la excepción confirma la regla".

Yureneish

Anónimo dijo...

Gracias, Yurena, por estar siempre en el lugar preciso, con toda tu sensibilidad.

Un beso muy grande.

Ángeles